Héroes y villanos?


¿Quienes son los héroes de nuestros hijos?
¿Quienes son nuestros propios héroes?

Es decir, ¿a quien queremos seguir, a quien deseamos imitar?
Porque tarde o temprano, terminaremos siendo como ellos.

Es ahí donde debemos hacernos ésas preguntas.





DICE LA BIBLIA -

 Capítulo 2 de la Segunda Epístola Católica de San Pedro:

Hubo también en el pueblo falsos profetas, como habrá entre vosotros falsos maestros que introducirán herejías perniciosas y que, negando al Dueño que los adquirió, atraerán sobre sí una rápida destrucción. Muchos seguirán su libertinaje y, por causa de ellos, el Camino de la verdad será difamado. Traficarán con vosotros por codicia, con palabras artificiosas; desde hace tiempo su condenación no está ociosa, ni su perdición dormida.

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El Verbo de Dios se ha hecho hombre para regenerar a la comunidad humana y hacer de ella una unidad armoniosa y fecunda, introduciendo nuevamente la historia en el original designio salvífico del Padre. La Iglesia, cuerpo de Cristo, es el signo visible de esa admirable reconciliación y pacificación, obrada a través de «la sangre de la cruz», que en el Bautismo nos introduce personalmente en el misterio del Señor muerto y resucitado.

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“...El Señor aborrece los labiosmentirosos, y se complace en los que dicen la verdad Prov.12-,22.

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“El cariño de Dios nos sostiene en el desierto de la Historia” Juan Pablo II Magno

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Todos, tarde o temprano tendremos que tomar una decisión, pues ‘nadie puede servir a dos amos; porque odiará a uno y amará al otro, o será fiel a uno y al otro no le hará caso.

No se puede servir a Dios y al dinero (Mateo 6, 24).

‘Si quieres alcanzar la vida eterna, guarda los mandamientos (ama a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a ti mismo).
Si quieres conocer la verdad, cree en Mí (Jesús de Nazaret).
Si quieres ser perfecto, vende cuanto tienes (y hazte pobre de espíritu).
Si quieres ser mi discípulo, niégate a ti mismo (acaba con el orgullo).
Si quieres alcanzar la vida eterna, desprecia la presente (mira hacia el cielo).
Si quieres ser ensalzado en el cielo, humíllate en la tierra (se humilde).
Si quieres reinar conmigo, lleva conmigo la cruz (con ánimo). Porque sólo los siervos de la cruz hallan el camino de la felicidad y de la luz verdadera que lleva a Dios. (Evangelio de Ntro. Señor Jesucristo según San Mateo y San Lucas)