Acción por Africa



En éstos momentos, en que el mundo se decanta por una guerra, parecemos olvidar a todos aquellos que ya viven las consecuencias de la anterior, olvidamos también a aquellos que padecen a causa de las armas en otros lugares del mundo como en Africa.
Africa ya no es un continente verde. Ahora es sólo tierra sin árboles ni animales y con seres humanos famélicos. Envuelta en conflictos militares que provocan grandes movimientos de personas, mortandad

     

http://www.lavozdegalicia.es/mundo/2008/08/03/0003_7032881.htm

El coltán, crimen del primer mundo
La imperiosa necesidad en el mercado del preciado material, utilizado sobre todo en telefonía móvil, propicia catástrofes humanas en el corazón de África

Se llama coltán. Algunos analistas consideran que, con el tiempo, será más importante que el petróleo. Sin embargo, no provoca los ríos de tinta que causa el oro negro. El silencio eclipsa los horrores que este mineral provoca en el corazón de África. En consecuencia, no parece haber calado en la conciencia social.

Quien posea un teléfono móvil, tiene coltán en sus manos. Es la piedra filosofal que hace los móviles más ligeros, los televisores más planos. Se trata de uno de los más preciados tesoros del primer mundo. Superconductor de electricidad, muy maleable y capaz de soportar el calor mejor que el cobre, el coltán (abreviatura de columbita y tantalita, minerales que contiene este tipo de roca) se ha convertido en la piedra angular de la tecnología más puntera.

Es un elemento fundamental en estaciones espaciales, armamento militar, ordenadores portátiles, consolas de videojuegos (el retraso de la PlayStation 2 en el 2000 fue debido a la falta de coltán), aparatos clínicos... Pero el 60% de la extracción de este mineral está dedicada a la telefonía móvil.

No es extraño que el precio del coltán se haya multiplicado por cien en los últimos veinte años, desde que el uso del móvil se generalizó en 1990 en Occidente, haciendo que el mineral alcanzase los 400 euros el kilo en el mercado.

Se trata, por tanto, de un componente clave en el engranaje económico de las nuevas tecnologías, esclavizadas por una demanda, creciente, que ha disparado la necesidad del preciado tesoro. La víctima de esta ambición es un país: la República Democrática del Congo. (RDC).

El Congo

El 80% de las reservas mundiales de coltán se localizan en este país de África Central desestabilizado por las guerras y con un Estado débil, que tiene por delante la lucha contra la corrupción y la pobreza tras años de conflicto fratricida.

El coltán puede considerarse como la principal causa del desencadenamiento de la última guerra en el Congo, con la implicación de Ruanda y Uganda.

Los principales destinatarios del mineral son Estados Unidos, Alemania, Bélgica y Kazajistán. Numerosas oenegés y la ONU denunciaron en vano la situación, pero ni Estados Unidos ni Europa han mostrado voluntad política para acabar con el conflicto en detrimento de sus intereses particulares.

UNA CARTA DE TERESA DE CALCUTA POR LA PAZ

Acudo a ustedes con lágrimas en los ojos y con el amor de Dios en el corazón, para rogarles por los pobres y por los que se convertirán en pobres si la guerra que todos tememos estalla. Les imploro con todo mi corazón que trabajen, que trabajen duro por la paz de Dios y por reconciliarse.

Ambos tienen argumentos que presentar y un pueblo que cuidar, pero primero por favor escuchen a Aquel que vino al mundo para enseñamos la paz. Tienen el poder y la fuerza para destruir la presencia y la imagen de Dios, a Sus hombres, a Sus mujeres y a Sus niños. Por favor escuchen la voluntad de Dios. Dios nos ha creado para ser amados por Su amor y no para ser destruidos por nuestro odio.

A corto plazo puede haber ganadores y perdedores m esta guerra que todos tememos, pero ello nunca puede, nunca podrá justificar el sufrimiento, el dolor y la pérdida de vidas que provocarán sus armas.

Acudo a ustedes en nombre de Dios, del Dios que todos amamos y compartimos, para suplicar por los inocentes, nuestros pobres del mundo y aquellos que se convertirán en pobres debido a la guerra. Son ellos los que sufrirán más porque no tienen forma de escapar. Imploro de rodillas por ellos. Ellos sufrirán y nosotros seremos los culpables por no haber hecho todo lo que estaba en nuestro poder para protegerles y amarles. Les suplico por los que se quedarán huérfanos, las que se quedarán viudas y los que se quedarán solos, porque sus padres, maridos, hermanos e hijos han sido matados. Les suplico que por favor los salven. Les suplico por los que quedarán inválidos y desfigurados. Son los hijos de Dios. Les suplico por los que se quedarán sin casa, sin comida y sin amor. Por favor piensen en ellos como si fueran sus hijos. Finalmente, les suplico por los que perderán lo más valioso que Dios nos pueda dar, la vida, que es será arrebatada. Les suplico que salven a nuestros hermanos y hermanas, suyos y nuestros, porque han sido dados a nosotros por Dios para que les amemos y les queramos. No nos corresponde destruir lo que Dios nos ha dado. Por favor, dejen que sus mentes y su voluntad sean la mente y la voluntad de Dios. Tienen el poder de llevar la guerra al mundo o de construir la paz. Por FAVOR ESCOJAN EL CAMINO DE LA PAZ.

Mis hermanas, nuestros pobres y yo estamos rezando tanto por ustedes. El mundo entero reza para que abran sus corazones a Dios con amor. Quizá ganen la guerra pero ¿Cuál será el precio para las personas destrozadas, mutiladas y desaparecidas?

Apelo a ustedes—a su amor, a su amor por Dios y por sus semejantes. En el nombre de Dios y en el nombre de aquellos a los que ustedes harán pobres, no destruyan la vida y la paz. Dejen que triunfen el amor y la paz y que sus nombres sean recordados por el bien que han hecho, la alegría que han repartido y el amor que han compartido.

Que Dios les bendiga, ahora y siempre.

Dios les bendiga,

M. Teresa M. C.