Sacerdotes-vivir conforme la voluntad de Dios

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 El término presbítero (en alemán, Priester; en francés prêtre; en italino. prete) se deriva del griego presbyteros (el anciano, en contraposición al neoteros, el joven) y, en el sentido jerárquico, equivale al término latino sacerdos, al griego iereus, y al hebreo kahane.

El término significa persona (de género masculino) llamada al servicio inmediato de la Deidad y autorizada para celebrar culto público, especialmente para ofrecer sacrificios. En muchos casos, el sacerdote es el mediador religioso entre Dios (los dioses) y el hombre y el maestro responsable de enseñar las verdades religiosas, sobre todo cuando éstas incluyen doctrinas esotéricas. Aplicar el término sacerdote a los magos, profetas y médicos de las religiones de los pueblos primitivos es una mala utilización del mismo.

El correlativo esencial del sacerdocio es el sacrificio, por consiguiente, los simples líderes de las plegarias públicas o los guardianes de los templos no pueden reclamar el titulo de sacerdotes. El tema que nos ocupa puede tratarse en forma conveniente bajo cuatro encabezados:
  1. El Sacerdocio Pagano;
  2. El Sacerdocio Judío;
  3. El Sacerdocio Cristiano;
  4. La contribución del Sacerdocio Católico a la civilización.

¿QUE ES EL SACERDOCIO?
El sacerdocio es una llamada de Cristo a vivir una relación con Él sirviendo a su pueblo. No contento con dejar a su pueblo con la simple memoria de su amor redentor, Cristo elige a algunos de sus seguidores (los apóstoles) para continuar su trabajo en la Tierra hasta el final de los tiempos. El sacerdocio es una extensión de esto y por tanto la continuación de la labor de Cristo en el mundo de hoy. Aunque toda la Iglesia es un pueblo sacerdotal, compartiendo el sacerdocio de Cristo por medio de sus sacrificios diarios, oraciones y divulgación del Evangelio, Dios llama a personas específicas para que sirvan en su nombre en medio de la comunidad. Estas personas son los sacerdotes.   


UNA LLAMADA  

El sacerdocio es una llamada. Cristo pide a algunos hombres el sacrificio de sus vidas para que le sigan como sus más íntimos compañeros. Desde toda la eternidad, algunos hombres han sido llamados al sacerdocio. Es una llamada inscrita en su naturaleza y, por eso mismo, es una llamada que llenará sus vidas por completo. Así pues, el sacerdocio no es simplemente una ocupación entre otras muchas. Es una forma de vida a través de la cual Dios invita a un hombre a entrar en una relación más profunda con Él.



  UN SACRAMENTO 
Foto cortesía de Chris Sheridan

 [El sacerdote] ofrece su humanidad a Cristo, para que Cristo pueda utilizarle como instrumento de salvación, haciéndole como si fuera otro Cristo. El sacerdocio es un sacramento. Los sacramentos son signos visibles a través de los cuales la gracia de Dios se experimenta en el mundo. El Sacramento del Sacerdocio (conocido como Sacramento del Orden) es la manera visible a través de la cual Cristo continúa su misión en el mundo de hoy.


  LA NECESIDAD
Vivimos un momento histórico de gran búsqueda de respuestas ¿Cuál es el sentido de mi vida? ¿Dónde voy a encontrar la felicidad que deseo? Todo nuestro ser grita y ansía respuestas, un propósito y, si somos honestos con nosotros mismos, amor.

Dios no nos ha dejado solos. Ha escuchado nuestros gritos pidiendo amor, misericordia, justicia, belleza, bondad y verdad. Y Él nos ha amado tanto que se ha hecho hombre y habita entre nosotros. Ha enviado a su Hijo, Jesucristo, como respuesta a las ansias de la humanidad.

Cristo instituyó el sacerdocio para que no estuviéramos solos. Es el sacerdote quien hace presente al mismo Cristo en la Eucaristía a través de la ofrenda diaria de la Santa Misa. Es el sacerdote quien acerca a los hombres y mujeres a Dios. El mundo necesita sacerdotes, porque, en definitiva, el mundo necesita a Cristo.


LOS ORIGENES
El sacerdote, en tu parroquia, puede remontar su ordenación, a través de los apóstoles, hasta Jesús. Desde los primeros tiempos de la Iglesia, los apóstoles ordenaron sucesores. A través de esa cadena de mandato no quebrada, viene el sacerdocio.

El mismo Cristo eligió a los apóstoles y les hizo partícipes en su misión y en su autoridad

“Como el Padre me ha enviado, así os envío yo” (Jn 20,21 RSV)
“El que os escucha, a mí me escuha…” (Lc 10,16 RSV)
Lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo, y lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo” (Mt 18,18 RSV)
“A quien le perdonéis los pecados, les quedan perdonados, a quienes se los retengáis, les serán retenidos” (Jn 20,23 RSV)
“[Bautizándolos] en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28,19)

Hoy, Él no ha olvidado su rebaño, sino que lo guarda bajo su constante protección, a través de sus sacerdotes.