Estereotipos y etiquetas


Por qué es importante identificar y aprender a vencer los estereotipos?

Mauricio Artieda Apostolado
Catholic-link.com –

 Fue por un pelo que un estereotipo no hizo a San Bartolomé perderse el encuentro más increíble y significativo de su vida. “¿De Nazaret puede haber cosa buena?” (Jn 1, 46) había respondido confiado ante el alegre anuncio del hallazgo del Mesías que le traía Felipe y de no haber sido por la amistad y la perseverancia de este último, tal vez Bartolomé nunca hubiera vivido aquel día con Jesús bajo la higuera.

Lo cierto es que lo estereotipos son imágenes fijas y duras (del griego stereos = sólido, tipo = marca) que nos hacemos de la realidad sin conocerla. Podemos hacernos estereotipos de todo pero lo más triste es cuando nos hacemos estereotipos de las personas.

El estereotipo “del Nazareno”, “del hombre negro” (como en el video), “del hijo de padres divorciados”, etc. Cuando calzamos un estereotipo sobre alguien nos cerramos a conocerlo realmente y nos privamos de la riqueza de un encuentro auténtico. Usar estereotipos no es algo extraño. Nos hacen sentir seguros. A través de ellos dominamos la realidad para que ella no nos sorprenda.


Por ejemplo, el sacerdote de la imagen. ¿No hubiera sido más fácil y más cómodo para este cura dejarse llevar por el estereotipo del “Punk”? “Es un Punk, jamás aceptaría que lo confiese”. Un estereotipo y un criterio de esta naturaleza bastan para mantenernos dentro de los límites de nuestra comodidad.

Pero la verdad es que Cristo nos ha enseñado a vivir de otra manera, aquel que vino por los publicanos y las prostitutas jamás dejo de salir al encuentro de nadie por atender las exigencias de un estereotipo.
Cristo estuvo abierto a lo más profundo del hombre, veía más allá de la miseria incluso en los corazones que se habían estereotipado a sí mismos.
 ¿No nos toca abrirnos a la realidad humana del mismo modo? ¿No nos toca enseñar a otros a vencer esos estereotipos que mutilan la comunión auténtica? Por eso me gusta mucho la foto de este cura.

No sé si salió al encuentro del jóven y le preguntó: “¿Te confiesas?” o si simplemente aceptó confesarlo. Lo único que me queda claro es que mando a volar cualquier tipo de estereotipo y se abrió con sorpresa a una riqueza escondida. Tal como lo hubiera hecho Cristo.

Por último, creo que el video que les dejo aquí, más allá de lo exagerado en algunos aspectos, puede ayudarnos a iniciar un buen dialogo sobre lo estereotipos de personas que manejamos.



En un mundo donde la gran mayoría de nuestra información nos viene a través de los medios de comunicación, y al ser los estereotipos uno de los recursos a los que con mayor frecuencia recurren los medios para explicarnos la realidad, creo que valdría la pena hacernos conscientes de ello y entender como en el fondo estos no hacen sino cerrarnos a la verdad y a la riqueza de lo que nos rodea.
De paso que limpiamos un poco los manidos estereotipos de “Iglesia Católica”, “Religión”, “Cruzadas”, “Religioso”, “Sacerdote”, etc, etc… menudo trabajo.

Mauricio A.


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