Caminar como hijos de la Tierra






Cuando Dios comenzó a crear…

La liturgia de la creación

Rev. Pedro Triana

Una lectura ecológica de Gen 1,1-2,4ª y Gen 2,4b-25

Cuidando y preservando nuestro hogar natural

Texto básico: Gen 1,1-2,4ª
Texto complementario: Gen 2,4b-25
1. Momento litúrgico
a) El espacio
  • El local debe estar ambientado con motivos de la naturaleza: agua, tierra, plantas etc.
  • Colocar en el centro de todo una Biblia abierta en el primer relato de la creación y una vela encendida.
b) Comenzar con un canto que tenga la temática de la creación.
c) Lectura de los textos del Génesis. La lectura podrá hacerse de manera dramatizada o por roles. En el primer relato: narrador y Dios. En el segundo: narrador, Adán, Eva y Dios.
d) Animar al grupo a reflexionar sobre la realidad ecológica de nuestro mundo. La pregunta central para motivar podría ser:
¿Estamos siendo responsables con el cuidado y preservación de nuestro hogar natural?
2. Lectura de los textos
¶ Se pedirá que cada persona lea los textos en silencio. Se darán 5 minutos para esta actividad.
¶ Después se leerán los textos en voz baja.
3. Acercándonos al texto
Preguntas:
  • ¿De qué tratan los textos?
  • ¿Cuáles son los personajes de la historia?
  • ¿Cuáles son los protagonistas principales y cuáles los secundarios?
  • Señalar los verbos que indican las acciones de los personajes.
  • Señalar palabras y frases que se consideren claves.
  • Señalar todos las palabras y términos relacionadas con la naturaleza
  • Señala en los textos frases que hablen de la responsabilidad como seres humanos con la creación.
  • Relaciona el texto con otros pasajes de la Biblia.
¶ Esta parte puede hacerse en dos grupos. Se darán de 10 a 15 minutos para esta parte. Se reúne de nuevo al grupo y cada grupo informa.
4. Profundizando en los textos
4.1. Un  poema sobre  la creación
La principal motivación de estos dos relatos es presentar a Dios como creador y al ser humano como elemento central del acto creador, al cual se le da la naturaleza para que la cuide y la preserve y la transforme.
Debemos tener en cuenta que el mundo de los textos es un mundo pre-científico, por tanto, no es posible buscar en los relatos de la creación una aproximación científica. Pero además no hay ningún interés en los escritores del Génesis en hacer historia o ciencia, sino en hacer poesía. El mundo antiguo expresaba en el llamado lenguaje “mito poético” aquellas profundas verdades que no podían ser expresadas con las simples palabras de la prosa. ¿Y que significa que los textos del Génesis estén expresados en lenguaje “mito poético”?
Desde los siglos V y IV a.C. hasta el siglo XIX d.C. el lenguaje mítico típico de los textos antiguos fue vaciado de todo valor religioso oponiéndose a lo histórico. En esta perspectiva se acabó por designar como mítico todo lo que no puede existir realmente. Lo mítico fue considerado sinónimo de mentira, fábula e ilusión.
Pero desde principio de siglo XX, “lo mítico” ha comenzado a ser reconsiderado como el único modo que tuvieron las sociedades antiguas de expresar cosas tan profundas como el origen del mundo, de los animales, de las plantas, del hombre y de todos los acontecimientos primordiales.
Haciendo un estudio de los “mitos de origen” en sociedades antiguas, Mircea Eliade apunta que para el pensamiento religioso los mitos revelan que el mundo, los seres humanos y la vida tienen un origen y una historia, y que esa historia es verdadera, preciosa, significativa y ejemplar. Pero el mito no es una explicación destinada a satisfacer una curiosidad científica, sino una narrativa que hace revivir una realidad original. El mito explica, realza y codifica las creencias y salvaguarda los principios morales. El mito es un elemento esencial de la civilización humana y lejos de ser una fábula, una ilusión o una mentira es una realidad viva y un recurso al que constantemente se recurre.[1]
Por tanto, cuando hablamos del lenguaje mítico del Pentateuco no estamos pensando en algo falso o irreal, sino la única manera que el pensamiento israelita tuvo para expresar los acontecimientos originarios y los hechos fundantes.
4.2. El mundo del texto
4.2.1. Estamos en el exilio
Hay elementos para pensar que nos encontramos en el exilio babilónico. Fue en medio del contexto babilónico en donde el sábado se tornó una señal diferenciadora. Identificaba a los deportados. Otro elemento es la polémica en contra de los dioses de la luz: el sol, la luna y las estrellas. Y eso nos remite directamente para Babilonia, en donde justamente bajo los últimos soberanos se recrudecía la polémica alrededor de las divinidades de la luz. Para unos el sol significaba más. Otros preferían luna y estrellas.
Para el Imperio babilónico la creencia oficial eran los astros. En la capital, el santuario central estaba dedicado al sol. En Gen 1 se refleja ese debate nacional entre si debía ser el sol, o la luna la deidad rectora.
Pero en el primer relato se nos dice que Yahvé hizo la luz independiente de los astros. Cuando fueron creador los astros ya existía la luz En este sentido, los astros no son fuentes de luz, sino solamente transmisores. Y no siendo los astros dioses, se derrumba toda la estructura religiosa que daba legitimaba al Imperio.
Pero también en el primer relato de la creación se hace necesario incorporar, como trasfondo, los gemidos y dolores de gente esclavizada y oprimida al extremo para la gloria del imperio. ¡La interpretación de este texto necesita situar esta poesía en este conflicto! Y aquí aparece el sábado como elemento diferenciador.
Otro elemento que apunta en esa dirección es el énfasis que se le da al sábado. Los babilónicos no adoptaban el ritmo de la semana. Sus días de fiesta se derivaban del ciclo de la luna y eran, por tanto, quincenales. De manera que el trabajo forzado impuesto por los babilónicos exigía actividad continua, sin días de fiesta y sin descanso.
Sin embargo, los exiliados estaban habituados al ritmo semanal. El séptimo día era día de descanso. Pero además de ser un espacio para el cuerpo y una oportunidad para la memoria, el sábado era día de organización. Estos deportados eran esclavos en tierra ajena. Les era necesario enfrentar, dos desafíos inmediatos. Por un lado, era necesario sobrevivir en esas condiciones adversas, negociando con los dueños del poder, para obtener algunos derechos elementales como el de la práctica religiosa y de la alabanza sabática. Por otro lado, era necesario mantener viva la posibilidad del regreso, porque ésta era la solución para sus dolores. Así el sábado llegó a ser la esperanza para la liberación.
4.2.2. La liturgia de la creación
Génesis 1 presenta la creación litúrgicamente como palabra realizada. El mundo no es sólo lugar de trabajo y sufrimiento: es signo de que Dios nos invita a la alabanza[2]. Por eso, desde muy antiguo la liturgia de Israel celebró litúrgicamente el acto creador de Dios, este hecho se refleja en el libro de los Salmos,  donde en diversos Salmos se proclama que para que el mundo creado sea lugar bueno para la existencia es necesario que sea Dios mismo quien sustente su obra (cf. Sal 8; 104,2-5.13.19-24). El primer relato de la creación del Génesis es uno de esos textos litúrgicos
El primer día – Cuando todo comenzó (Gen 1,1-5)
En el principio: Esta frase tiene el significado de “en el comienzo”, “al inicio de todas las cosas”. No indica una fecha, sino significa más bien: “lo principal es”, o “no cabe duda”, o “lo cual da apoyo a”. Según Rafael Cepeda, la palabra hebrea bereshitimplica una connotación de perenne movimiento, como algo que no puede sujetarse a un principio ni a un fin, por eso el propone que se use mejor la palabra “comienzo” que “principio”, ya que esto reafirma la idea de un incesante proceso de creación, lo cual está sustentado por otros textos bíblicos (cf. Is 65,17-25). Por eso algunos traductores insisten en que se diga: “Cuando Dios comenzó a crear…”.[3]
Creó Dios: El verbo bara  está lleno de significado, se utiliza con mucho cuidado; una vez al comienzo de su historia, una vez terminada, una vez cuando comienzan a aparecer los seres vivientes y tres veces cuando aparece el hombre.
Bara  es un término usado en la época de los profetas sólo para referirse al Dios de Israel. Nunca se usa para describir una acción de los seres humanos, ni tampoco el actuar de otros dioses. El concepto de la creación de la nada  (creatio ex nihilo) no se encuentra en el Antiguo Testamento, sino surge bajo la influencia de la filosofía griega[4].
Los cielos y la tierra: Los hebreos no tenían una palabra con el sentido de “cosmos” o “universo”. Por eso, los cielos y la tierra significan todo el universo. Su creación tiene un sentido que se definirá después en los versos que siguen. El cielo sin la tierra no puede existir, y la tierra sería un caos sin el cielo. Cielo y tierra asemejan y relacionan a Dios y al ser humano. La frase muestra la interdependencia entre uno y otro. La frase quiere dejar constancia del estrecho vínculo entre Dios y su creación.
Existen muchas historias de la creación en las culturas de los pueblos antiguos donde sólo se habla del cielo o de la tierra como cosas separadas, como cosas que no tienen nada que ver la una con la otra. En otros relatos el cielo es la morada de los dioses, que se opone a la tierra donde viven los seres humanos inferiores. Sin embargo, el relato bíblico es una oposición contracultural y contra ideológica, pues declara sin sentido el poder de los dioses mesopotámicos. Sólo da la autoridad de crear a Yahvé, el Dios de Israel.
La tierra estaba desordenada y vacía: Una mejor traducción sería “la tierra era un completo desorden”. El hebreo se usan dos palabras: tóhu wabóhu. Según Hans de Wit, traducir esta frase como “desordenada y vacía” no es exactamente lo que dice el texto hebreo[5]. Según de Wit, esta frase realmente quiere dar una imagen de confusión, de desolación, de algo sin forma, de caos. Es el caos que anula la vida (cf. Is 45,18-21; Jr 4,23).
Y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo: Aquí el caos se viste de tinieblas y consiste en un montón de agua con su poder destructivo. Es la muerte y la nada misma las que se representan aquí a través de la oscuridad y las grandes aguas. Es la ausencia de Dios y la ausencia de vida[6].
Y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas: Hay un consenso actualmente entre los comentaristas bíblicos que las antiguas traducciones tenían razón al referirse a “viento” en vez de “espíritu”. Y teniendo en cuenta que “viento” y “espíritu” son en hebreo la misma palabra, según Hans de Wit, el autor se refería, al hablar del “espíritu” o “viento”, a una terrible tormenta, queriendo dar poéticamente una imagen horrorosa y terrible[7]. Y por encima de esa imagen terrible de “anti-creación” y “anti-vida” se movía, como fuerte viento el espíritu de Dios.
Y dijo Dios que haya luz: Y en medio de esa escena caótica, irrumpe la palabra creadora de Dios: “haya luz”. La luz aquí en el primer día simboliza la oposición de Dios al caos. Pero aquí no se está hablando de luz en el sentido físico. La oscuridad es lo que acompaña al caos y sus dioses. También la maldad o los actos de criminalidad se identifican  con la oscuridad. Bajo las tinieblas se produce todo lo que es contrario a la vida.[8]. El “haya luz” implica la afirmación de la vida en medio del caos.
De manera que el primer acto creador de Dios elimina la posibilidad de que la tierra produzca solamente crímenes. La oscuridad pertenece al caos. La oscuridad se opone a la vida. La oscuridad es anti-vida. Por eso no se dice que Dios creó las tinieblas. Dios no es el príncipe de la oscuridad, Dios es el príncipe de la luz, y la oscuridad no tiene vida de por sí en el acto creativo de Dios.
El segundo día – Creación del firmamento (Gen 1,6-8)
 Luego dijo, Dios haya expansión en medio de las aguas y se separen las aguas de las aguas: En el segundo día se crea el firmamento que los antiguos concebían como una gigantesca masa en forma de campana hemisférica (cf. Sal 19,2; Jb 37,18). Y esta campana inferior crea una separación entre las aguas superiores y las inferiores. Así, el océano caótico, las aguas primordiales, son separadas y divididas en dos categorías, las que están por encima del firmamento y las que están por debajo. La palabra raquía, usada por expansión o firmamento tiene, el significado de algo firme, sólido, inamovible. De esta manera se presenta el cielo como una cúpula sólida y protectora.
En el mito de Enuma Elis, el cual se leía cada año proclamando la constitución del Imperio neo-babilónico,  se declaraba a la diosa Tiamat, como la monstruosa diosa del caos representada por las aguas primordiales, la cual es partida en dos. De una parte se forma la bóveda celeste y de la otra la tierra. Aquí se representa a Marduk como guardián del cielo, poniendo cerrojos y guardias para que no se escapen sus aguas.
Todo lo contrario en Gen 1, Dios creó o separó las aguas que están por encima, y así proteger la tierra y hacer posible que haya vida humana en ella. En Gen 1 el cielo recibe poca atención. Sólo recibe atención cuando se puebla de las aves. Sin embargo, en Enuma Elis el cielo es central, pues es el lugar donde habitan los dioses con las tablas del destino.
En el relato babilónico de la creación no había espacio para el ser humano. La religión era aliada fiel de un sistema social donde había espacio solo para “el hijo de su dios”, o sea el rey, y nada para el ser humano común y corriente. Sin embargo, Gen 1 cambia radicalmente este concepto.
El tercer día – Creación de la tierra y el mundo vegetal (Gen 1,9-13)
Dijo también Dios: júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco: El tercer día completa la obra del segundo. Este tercer día complementa la casa del ser humano. Las aguas que se encontraban bajo la bóveda celeste son reunidas formando los mares. Y entonces aparece lo seco, la tierra, que era representada como un disco rodeado por el mar. Y como evocando el mito de la “Madre Tierra”, Dios no crea ahora las plantas y los árboles, sino que ordena que ellos broten por sí mismos de la tierra. Esto significa que la vida de los vegetales depende de la tierra y de su fuerza creadora; de ella brotan y a ella vuelven al marchitarse[9].
El cuarto día – Aparecen los astros (Gen 1,14-19)
Dijo luego Dios: haya lumbrera en la expansión de los cielos para separar el día de la noche: En el cuarto día escuchamos en qué consiste la luz, aunque se dice solamente dos veces cuál es su función se puede explicar en las palabras: alumbrar la tierra, apartar las tinieblas.
Para los hebreos el astro mayor es el sol, y el menor la luna, pero no tienen ningún poder, si no están al servicio de la tierra. Pero en Babilonia y en Egipto el sol y la luna eran considerados dioses. Por eso el relato usa el término maor, o sea, “lumbreras”, y evita hablar del sol y de la luna, para evitar que al decir sol o luna se esté pensando en otros dioses. De esta forma se declara al sol y la luna como creados por Dios. Y cuando así lo hace está afirmando, además, que no son dioses, y que no determinan la suerte del hombre, sino que son instrumentos y servidores del ser humano y de la tierra.[10]
Y ya aquí se ha terminado de preparar el hogar de todos los seres vivos y del ser humano. Un lugar bien alumbrado, tanto de día como de noche, con un techo firme, y con tierra seca y fértil poblada de árboles y plantas.
El quinto día – El día de los mares y del aire  (Gen 1,20-23)
Dijo Dios: produzcan  las aguas seres vivientes y aves que vuelen sobre la tierra: Comienzan a aparecer aquí los propietarios del hogar que se venía preparando. Y cuando comienzan a aparecer los propietarios de la casa que se ha venido preparando se usa de nuevo la palabrabara, “crear”. Y esto quiere significar que no hay en la tierra nada que no sea creado por Dios.
Pero si bien la tierra producía por sí misma árboles y plantas, no sucede lo mismo con los animales superiores: Dios tiene que hacer surgir los peces del mar y las aves del cielo.
Y todos son bienvenidos, hasta los monstruos marinos (cf. Gen 1,21). Una antigua regla hermenéutica judía responde a la pregunta ¿por qué Dios creó y bendijo a los grandes monstruos?, diciendo que si Dios creó y bendijo a estos peces, ¡cuánto más bendijo al hombre![11]
Y se usa por primera vez, al crearse los seres vivientes, la frase “Y los bendijo Dios diciendo:fructificad y multiplicaos”. Y si tenemos en cuenta que para los hebreos el mundo vegetal carecen de “nefes”, o sea “vida”, término que es reservado para referirse a la vida de los animales y del ser humano, al dar Dios su bendición y usar la frase “fructificad y multiplicaos”, la cual también le será dicha al ser humano y los animales, se quiere significar que la tierra está hecha para recibir vida. Bendecir significa plenitud, el poder de vivir plenamente. Y esto es una condena de todo lo que produzca muerte sobre la tierra, o sea, sobre la naturaleza, y sobre los peces, las aves, los animales y el hombre.
El día sexto – Los animales terrestres y el ser humano (Gen 1,24-31)
Y dijo Dios: produzca la tierra seres vivientes según su género: A los animales que acompañan al ser humano en el acto creador sólo se les dedica dos versos,  el 24 y el 25. No obstante, son creados integrados al ser humano, porque el resto de este conjunto de versos hablan de la corona del acto creador: el ser humano.
Hagamos al hombre: Aquí el verbo bara,“crear”,aparece tres veces. Es como para destacar que se ha llegado a la plenitud del acto creador.
El uso del verbo bara,  en plural, ha suscitado diferentes interpretaciones, tratando de vincular este relato al enunciado teológico de la Trinidad. Sin embargo, ya comentamos que en Gen 1,2, cuando se habla del Espíritu, no se está hablando del Espíritu Santo, sino de un viento fuerte. Además, también la palabra hebrea adam es un término colectivo, pero que nunca se usa en plural, traduciéndose siempre por “humanidad”[12]. Por tanto, la Trinidad no es un concepto del Antiguo.Testamento. El “hagamos” tiene otro sentido. Tiene un sentido enfático y  quiere significar: “y ahora después de todos los preparativos,  voy a hacer al ser humano”.[13]
A nuestra imagen y semejanza: Aquí está claro cuales son las características del ser humano creado por Dios. E “imagen y semejanza” enfatizan una sola cosa: el hombre se parece a Dios, la palabra imagen significa escultura, estatua, imagen y… retrato hablado (cf. Nm 33,52; 2 R 11,18; Ez 7,20). Semejanza se deriva de un verbo que significa “parecerse a, ser modelo de”. El ser humano es semejante a Dios en la totalidad de su ser, o sea, en cuerpo y espíritu.
Varón y hembra los creó: La creación del hombre se efectúa en plural: los creó, los bendijo. El autor trata de eliminar toda posibilidad de que el ser humano sea identificado con un solo género. Al usar “varón y hembra” se subraya el que el ser humano es una comunidad donde se unen lo femenino y lo masculino.
Existe un consenso entre los comentaristas de que uno de los elementos que diferencian el relato de la creación de Gen 1, de otros relatos de creación de los pueblos vecinos, reside precisamente en que el ser humano es creado hombre y mujer  a imagen y semejanza de Dios. Y sobre todo también el hecho de que Adam es también un término hebreo femenino.
No es normal que el hombre aparezca en los relatos de creación de los pueblos vecinos de Israel, y es anormal que se mencione a la mujer, pero también es completamente inaudito el que Adam sea también femenino. Y si se mencionara a la mujer en otros relatos, como en el mito babilónico, donde aparece la diosa Tiamat, es como diosa, pero para ser vencida, castigada y descuartizada – para formar con sus pedazos el cosmos – por haberse rebelado contra los otros dioses masculinos. Y esto constituye toda una protesta contracultural contra un sistema donde la religión, al convertir en dioses al sol, la luna y al rey, legitima la opresión, y donde la mujer era la esclava del hombre esclavo[14] .
Por otro lado, también es interesante notar que al referirse el relato del Génesis a la imagen y semejanza de ser humano con Dios, se piensa no tanto en “en qué”, o sea, en lo que consiste, sino en el “para qué”. Se piensa más en la misión que en el don[15].  Se vinculan estas palabras con el verbo rada, o sea, dominar, señorear, gobernar. En Babilonia y sobre todo en Egipto se usaba la misma expresión. Se decía que cierta persona  fue creada conforme a la imagen de cierto dios… para dominar y gobernar sobre él. Pero la diferencia con el primer relato de la creación es que los textos egipcios se referían siempre al faraón que enseñoreará sobre sus súbditos y los países extranjeros. Y esto es también protesta contracultural
Por eso se repite la frase que se dice al crear los seres vivos: “Los bendijo Dios y dijofructificad, multiplicaos, llenad la tierra  y sometedla…”. Pero aquí aparece un nuevo elemento. Al crearse al ser humano, varón y hembra, se les manda a multiplicarse y llenar la tierra, pero además, se le otorga el poder de enseñorearse, dominar, gobernar, la tierra y los animales.
Pero llenar la tierra y someterla no se puede entender de manera arrogante e impositiva. En Génesis 1 las personas están integradas a su ambiente. Hay solidaridad entre personas y animales. Las personas son tan amigas de los animales que fueron creados en el mismo día, en hermandad. Hay toda una visión de integridad de lo creado.
Esta solidaridad y dependencia entre el ser humano y la creación está ya señalado de manera enfática en el llamado segundo relato de la creación (Gen 2,4b-25). Pero este relato es realmente más antiguo que el primero, fechándose presumiblemente en el período monárquico, o sea, entre el 1050 y el 586 a.n.e.[16]
En Gen 2,7 generalmente las Biblias traducen que Dios “formó al ser humano del polvo de la tierra”, pero según Hans de Wit  la traducción correcta sería “formó al ser humano polvo de la tierra[17]. De cualquier manera, la idea de la frase es que el ser humano no es el dueño de la tierra, sino que es tierra (cf. Jb 10,9; Sal 119,73; 139; Is 29,16),  es parte inseparable del mundo natural bendecido y creado bueno por Dios. Por eso “dominar”, “señorear” y “gobernar” significa simplemente administrar responsablemente[18]. Además, por el hecho del ser humano ser creado a imagen y semejanza de Dios,“dominar”, “señorear” y “gobernar” significa llenar la tierra con vida y no con muerte y destrucción.
El séptimo día – El día para descansar
Y acabó Dios en el séptimo día… y lo santificó, porque en él reposó: El sábado día especial, día santo. La palabra shabát suena cinco veces. Según Hans de Wit, si buscamos el término en un diccionario del hebreo moderno uno de los significados deshabát  es “entrar en huelga” [19].
No hay ninguna historia de la creación, excepto la de Génesis, que esté repartida en siete días. El autor tomó como bases la unidad rítmica fundamental para el ser humano: la semana. Y mucho más significativo es que haya declarado un día de descanso, promulgado por Dios mismo.
Los babilonios conocían la semana, pero sus esclavos y obreros no conocían que había un día para descansar. Por eso, el sábado es una institución exclusivamente israelita.
Para Hans de Wit, hablar del sábado significa hablar de los derechos del trabajador, del día en que Dios se junta con los trabajadores, para descansar y reanimarse un poco. Y nadie debe tocar ese derecho porque Dios mismo lo santificó.[20]
Según Milton Schwantes, el sábado es una nueva liturgia poética que en verdad celebra una exigencia. El conjunto de la creación culmina en el sábado, y esto es intencional, pues en narraciones anteriores a Gen 1, el ritmo de la semana no desempeñaba un rol destacado. En las circunstancias del exilio, el sábado es ante todo una necesidad concreta, es descanso para las manos, para el cuerpo. La esclavitud destruye al cuerpo y era vital luchar por un espacio para que el cuerpo descanse.
Por eso el sábado trae consigo la memoria de ¿por qué estamos aquí? Y además de ser un espacio para el descanso del cuerpo, es una oportunidad para la memoria, era día de la organización. Los deportados debían enfrentar dos desafíos inmediatos: sobrevivir en condiciones adversas, negociar con los dueños, para obtener algunos derechos elementales como el de la práctica religiosa y de la alabanza sabática. Era necesario mantener viva la posibilidad de retornar pronto, el sábado era un espacio para organizar la esperanza del retorno. El sábado difunde liberación, esta exigencia va seguida por el nivel del simbolismo, de lo religioso. Manos libres no avanzan si sus cabezas no son contaminadas.[21] Y esto le confiere al sábado un sentido de resistencia política contra la opresión.
Para Xavier Picaza, el sábado tiene consecuencias fundamentales en el plano social e histórico. En lo social, Dios quiere que todos los seres humanos disfruten del descanso en igualdad y fraternidad. En lo histórico, el sábado aparece como abierto hacia el futuro, porque Dios ha creado al mundo lleno de posibilidades, mundo que los seres humanos deben dirigir hacia su pleno desarrollo. Por eso el sábado es signo de esperanza futura.[22]
4.3. Hacia una relectura ecológica
Ahora nos toca traer el texto de nuevo a nuestra realidad, porque Dios no habló en el pasado, sino que continúa hablando hoy:
Por eso podríamos preguntarnos.
¿Qué misión ecológica se proclama en el texto?
  • ¿Cómo relacionar el texto con nuestra realidad?
  • ¿Cómo el texto nos ayuda como cristianos en nuestra      responsabilidad para con la naturaleza?
  • ¿Qué desafíos nos presenta el texto?
  • ¿Qué podemos hacer en respuesta a las demandas que Dios nos hace      hoy como administradores de la creación?
Bibliografía
CEPEDA, Rafael, Naturaleza y fe – Imágenes y símbolos ecológicos en los textos bíblicos, Editorial CECIC, La Habana, 1995.
COATTO,  J. Severino, El hombre en el mundo – creación y designio – Estudio de Génesis 1,1-2,3, Editorial La Aurora, Buenos Aires, 1974. v.1.
GORGULHO, Gilberto, “La historia primitiva – Génesis 1-11”, En: Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana. Editorial DEI, San José, 1996. No. 23, p.31-42.
PIKAZA, Xavier, “Cuerpo de mujer, cuerpo de diosa – Mitos y símbolos de sometimiento femenino”, En: Para comprender – El cuerpo de la mujer – Una perspectiva bíblica y ética, Editorial Verbo Divino, Navarra, 1996.
PIKAZA, Xavier, Para leer – La historia del pueblo de Dios, 3ra edición, Editorial Verbo Divino, Navarra, 1994.
RAD, Gerhard von, El Libro del Génesis, Ediciones Sígueme, Salamanca, España, 1988.
SCHWANTES,  Milton, Proyectos de Esperanza – Meditaciones en Génesis 1-11,  CLAI, Quito, Ecuador. 1990.
WESTERMAN, Claus, “Structure and Development of the Pentateuch”. En: Handbook of the Old Testamen, SPCK, London, 1969.
WIT, Hans de,  He visto la humillación de mi pueblo – Relectura del Génesis desde América Latina, Editorial Amerinda, Santiago, Chile, 1988.
________________
[1] Véase Mircea Eliade, Aspectos do mito, Edições 70, Rio de Janeiro, 1989, p.9-24.
[2] Xabier Pikaza,  Para leer – La historia del pueblo de Dios, 3ra edición, Editorial Verbo Divino, Navarra, 1994, p.36.
[3]   Rafael Cepeda, Naturaleza y fe – Imágenes y símbolos ecológicos en los textos bíblicos, Editorial CECIC, La Habana, 1995, p.18.
  [4] Hans de Wit, He visto la humillación de mi pueblo – Relectura del Génesis desde América Latina, Editorial Amerinda, Santiago, Chile, 1988, p.67.
  [5] idem., p.70.
  [6] idem., p.71.
  [7] idem, p. 71-72..
  [8] idem, p.73.
  [9] José  Severino Croatto, El hombre en el mundo – creación y designio – Estudio de Génesis 1,1-2,3, Editorial La Aurora, Buenos Aires, 1974. v.1, p.65.
  [10] idem.
  [11] Hans de Wit. op. cit., p.80.
  [12] idem, p.68.
  [13] Hans de Wit, op. cit., p.83.
[14] idem. p.88, véase además, Xabier Pikaza, “Cuerpo de mujer, cuerpo de diosa – Mitos y símbolos de sometimiento femenino”, En:Para comprender – El cuerpo de la mujer – Una perspectiva bíblica y ética, Editorial Verbo Divino, Navarra, 1996, 25-78.
[15] José Severino Croatto, op. cit., 71.
[16] Véase Milton Schwantes, Proyectos de Esperanza – Meditaciones en Génesis 1-11,  CLAI, Quito, Ecuador. 1990, p.83 y Hans de Wit. op. cit., p.100.
[17] Hans de Wit, op. cit., p.102.
[18] Milton Schwantes, op. cit., p.33.
[19] Hans de Wit. op. cit., p.89.
[20] idem.
[21] Véase Milton Schwantes, op. cit., p.26-28.
[22] Xavier Pikaza. op. cit., p.34.